sábado, 1 de junio de 2013

No puede existir dios (una cuestión bizantina)

Y esta afirmación la hago por la propia definición de dios. Bueno, para ser exactos, por la definición que le hemos dado. En su definición se encuentran hermosas palabras como omnipresencia, omnipotencia, eternidad, omnibenevolencia (ésta me gusta especialmente) u omnipotencia (ésta es la que me da más risa).

Pero esa definición incluye implícitamente su sexo, que se supone masculino.

Según la tradición, en la Constantinopla de mediados del siglo XV, asediada por los turcos otomanos (que no hay que confundir con los turcos selyúcidas, que fueron mucho más bestias), el gobierno de Bizancio estaba más ocupado de llegar a alguna conclusión sobre el sexo de los ángeles que en preparar las defensas de la ciudad.

Y lo importante es que el tema en cuestión era un tema menor. Porque los ángeles no son más que unos subalternos. Y su sexo no es importante, si no sabemos el de su jefe. Y porque si no puede existir dios no pueden existir los ángeles.

Con lo cual todas las discusiones bizantinas fueron fútiles y sólo sirvieron para crear una expresión que describe con precisión los esfuerzos intelectuales inútiles. Aunque en mi tierra se otra mucha más explícita: hacerse pajas mentales (y espero que perdonéis la expresión algo obscena).

Y en todo caso, el gobierno del Imperio Romano de Oriente, y a ello me remito, no fue capaz de abordar el problema mayor: el sexo de dios. Y que debería ser el más fácil de analizar utilizando métodos sencillos y ya existentes en aquella época.

Decenas de miles de años demuestran que dios no es un buen gestor de la humanidad, a la que hizo a su imagen y semejanza (o sea, que nos parecemos, y por ello tiene barba como yo), o es simplemente un vago (también como yo). Y catástrofes naturales, odios ancestrales, masacres masivas, o destrucciones imprevistas, aseguran que no presta mucha atención a su prole, que se supone que somos todos nosotros.

Con los datos anteriores, puedo asegurar que dios no puede ser una mujer. Una mujer siempre evitaría esos daños a su familia, sobre todo si es omnipresente, omnipotente y omnibenevolente.

Aún queda la cuestión de si dios puede ser un hombre. Esa cuestión es más difícil de demostrar. Porque no hay tantos datos. De hecho no hay ninguno. Quizás por ello, las religiones, en general, atribuyen a dios el sexo masculino, por defecto (y a menudo la barba).

Pero, y me refiero a cualquier dios de las religiones actuales, no de las antiguas, ¿has visto algún relato de sus pasiones, deseos, pulsiones, ansias, que le hiciesen vivir, y que dominasen sus sentimientos y sus acciones, como nos pasa a todos nosotros?

Luego, dios tampoco es un hombre, con lo que sólo puede ser extraterrestre. Eso entra dentro de las posibilidades, ya que es omnipresente, y puede estar en Marte o en Orión, y podría incluso ser omnisexual, y por eso no le entiendo.

Pero mientras no se encuentre vida inteligente fuera de la Tierra seguiré convencido de que no existe.

Por eso, sigo prefiriendo a Zeus, que raptó a la hermosa Europa. Por cierto, creo que Zeus no tenía barba, así que no soy yo.


JL Llorente

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