Y esta afirmación la hago por la propia definición de dios. Bueno,
para ser exactos, por la definición que le hemos dado. En su definición se encuentran
hermosas palabras como omnipresencia, omnipotencia, eternidad, omnibenevolencia
(ésta me gusta especialmente) u omnipotencia (ésta es la que me da más risa).
Pero esa definición incluye implícitamente su sexo, que se
supone masculino.
Según la tradición, en la Constantinopla de mediados del
siglo XV, asediada por los turcos otomanos (que no hay que confundir con los
turcos selyúcidas, que fueron mucho más bestias), el gobierno de Bizancio
estaba más ocupado de llegar a alguna conclusión sobre el sexo de los ángeles
que en preparar las defensas de la ciudad.
Y lo importante es que el tema en cuestión era un tema
menor. Porque los ángeles no son más que unos subalternos. Y su sexo no es
importante, si no sabemos el de su jefe. Y porque si no puede existir dios no
pueden existir los ángeles.
Con lo cual todas las discusiones bizantinas fueron fútiles
y sólo sirvieron para crear una expresión que describe con precisión los
esfuerzos intelectuales inútiles. Aunque en mi tierra se otra mucha más explícita:
hacerse pajas mentales (y espero que perdonéis la expresión algo obscena).
Y en todo caso, el gobierno del Imperio Romano de Oriente, y
a ello me remito, no fue capaz de abordar el problema mayor: el sexo de dios. Y
que debería ser el más fácil de analizar utilizando métodos sencillos y ya existentes
en aquella época.
Decenas de miles de años demuestran que dios no es un buen
gestor de la humanidad, a la que hizo a su imagen y semejanza (o sea, que nos
parecemos, y por ello tiene barba como yo), o es simplemente un vago (también como yo). Y catástrofes
naturales, odios ancestrales, masacres masivas, o destrucciones imprevistas,
aseguran que no presta mucha atención a su prole, que se supone que somos todos
nosotros.
Con los datos anteriores, puedo asegurar que dios no puede
ser una mujer. Una mujer siempre evitaría esos daños a su familia, sobre todo
si es omnipresente, omnipotente y omnibenevolente.
Aún queda la cuestión de si dios puede ser un hombre. Esa
cuestión es más difícil de demostrar. Porque no hay tantos datos. De hecho no
hay ninguno. Quizás por ello, las religiones, en general, atribuyen a dios el
sexo masculino, por defecto (y a menudo la barba).
Pero, y me refiero a cualquier dios de las religiones
actuales, no de las antiguas, ¿has visto algún relato de sus pasiones, deseos,
pulsiones, ansias, que le hiciesen vivir, y que dominasen sus sentimientos y sus
acciones, como nos pasa a todos nosotros?
Luego, dios tampoco es un hombre, con lo que sólo puede ser
extraterrestre. Eso entra dentro de las posibilidades, ya que es omnipresente,
y puede estar en Marte o en Orión, y podría incluso ser omnisexual, y por eso
no le entiendo.
Pero mientras no se encuentre vida inteligente fuera de la
Tierra seguiré convencido de que no existe.
Por eso, sigo prefiriendo a Zeus, que raptó a la hermosa Europa. Por cierto, creo que Zeus no tenía barba, así que no soy yo.
JL Llorente
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