viernes, 31 de mayo de 2013

Demasiado feliz

Es absolutamente injusto que hayan personas felices porque toda su vida haya sido apasionante, intensa, interesante, amena, y hasta divertida, cuando la mayor parte de la humanidad no tiene esa suerte. Es absolutamente injusto que esas personas tan felices hayan recibido, además, amor y amistad durante toda su vida, y además compañerismo de los amigos más lejanos, y simpatía de los que no pueden considerarse apenas amigos.

Eso no es normal. Y no debiera estar permitido. Y debiera haber una ley que regulara el grado de felicidad que cada uno puede recibir. Y repartirlo de algún modo. Con sonrisas periódicas a desconocidos. Con besos esporádicos. O con la campaña de abrazosgratis.com, que me parece genial. Debería ser obligatorio repartir felicidad a través de sonrisas, abrazos o besos.

Pero nuestro mundo es justo al contrario. La mayor parte de la gente distribuye el odio, el enfado, la calumnia, el mal entendimiento, la envidia, la desconfianza. Y todos atesoramos las pocas sonrisas que nos llegan para disfrutarlas nosotros solos y muy en privado.

Tengo que reconocer que soy un acaparador de buenas sensaciones, y también que soy tan tonto que no trafico con las malas. Acaparo amor, amistad, besos y abrazos con la pasión de un coleccionista de sellos, que siempre tiene un nuevo álbum que abrir. Y trato de evitar usar odios o enfados para lograr ventajas, aunque sean muy rentables.

Por ello, soy demasiado feliz. Y ya puedo decir que insoportablemente feliz. Con lo cual estoy pensando en como acabar con esta insufrible situación que no me deja seguir viviendo mi apasionante existencia, y que, además, la considero injusta, como decía al principio.


JL Llorente

No hay comentarios:

Publicar un comentario