martes, 30 de abril de 2013

Una conciencia sin uso


“Una conciencia que no se usa no es una conciencia”. Cuando leí esa frase no la entendí al principio. Pero, luego, reflexionando un poco, me di cuenta que no sólo era una frase acertada, sino también lúcida y brillante. Y la atrapé y abracé con ese candor juvenil que sólo suele reservarse para la primera novia de la adolescencia. En cierto modo, era mi primera frase-novia.

Y la admiraba por muchas cosas. Porque me explicaba que la conciencia tiene que practicarse, que ejercitarse y desarrollarse como si fuera un músculo. Un músculo de tu personalidad. También me parecía concisa, concreta y brillante. Pero quizás mis ojos, al leerla, estaban alterados por la pasión por mi frase-novia, y no era muy objetivo.

Yo apenas practico deportes desde que era joven. Y mis músculos están algo atrofiados, lánguidos, laxos. Incluso son para mí un estorbo por los dolores y molestias que me aportan, ya sean tensiones, contracturas o simples dificultades para utilizarlos.

Por ello entiendo perfectamente a las personas que no utilizan habitualmente su conciencia, o quizás nunca la han usado, o dejan de usarla de golpe por un motivo cualquiera. El músculo se anquilosa, se atora, se esclerotiza. La conciencia de un perezoso de la conciencia es fútil e inane, y soy consciente de esta redundancia. Pero entiendo a esos perezosos, y por eso les aviso.

Porque la falta de conciencia genera daños colaterales. (Me encanta la expresión colateral, porque no significa lo mismo en inglés que en castellano: en inglés significa “derivado”, no necesariamente con intención; en castellano suele traducirse por “¡te ha tocado a ti porque estabas al lado, capullo!”).

En este caso, el daño colateral tiene que entenderse en castellano, porque siempre lo sufren otros: los que están más cerca. Ya que al no tener conciencia no te reconoces a ti mismo, y en consecuencia, no puedes evaluar los actos que produces en los demás. Y es más fácil dañar a los que tienes más cerca porque requiere menos esfuerzo.

El músculo mental de la conciencia, que además está enlazado con otros músculos de la personalidad, como el de la empatía por ejemplo, al deformarse, te deforma a ti mismo. Y pasas a ser otra persona. Pasas de ser alegre a triste, de generoso a avaro, de saludable a hipocondríaco, o de dulce a cruel. Y causas daños colaterales.

Es por eso que, todas las noches, hablo con mi conciencia y hago un poco de ejercicio con ella. Sólo durante un rato, pero sí todos los días.

Intento asegurarme de que la he utilizado un rato, de que sigue en forma, y, a ser posible, de que no he cometido ningún daño colateral. No siempre estamos de acuerdo y de cuando en cuando siento agujetas mentales (¿sería mejor decir “concienciales”?). Y sólo después de ese ejercicio soy capaz de dormirme.

Y siempre me duermo susurrando mi frase-novia en voz muy baja. Sólo para oírla yo mismo.

JL Llorente

domingo, 28 de abril de 2013

Isla Azul a babr: Siguiente generación


El cohete de mi abuelo estaba hecho polvo. Pese a las mejoras que se le habían hecho en los últimos cuarenta años, estaba jodido pa’vino, como suele decirse. Los abuelos, y sobre todo, la abuela Urania, lo habían rediseñado varias veces. Lo habían ampliado para habilitarlo para nuevos habitantes (ya éramos ciento cincuenta y seis a bordo) según pasábamos por distintos planetas y, en cada uno de ellos, distintos individuos se nos unían a la tripulación.

La gran ampliación de la nave se hizo en Isla Verde, en la constelación de Orión, tras otro Warp-8, donde encontramos un Vert-LeroyMerlin. Los abuelos construyeron dos módulos adicionales al cohete. Y prepararon la nave para que fuese capaz de crecer exponencialmente.

En la Isla Verde se unieron nuevos miembros a la tripulación. Y también en la Isla Amarilla y en la Isla Roja. Se entrecruzaron y generaron descendencia, aparte de disfrutar, especialmente, de los intentos de generarla.

Después de Isla Roja, los abuelos encontraron un agujero de gusano, o wormhole. A estas alturas, ya deberíais saber que es, pero como seguís sin estudiar os diré que también se conoce como “puente de Einstein-Rosen”, con lo cual os los aclararé completamente: si el warp te manda a tomar por el saco, el wormhole, te manda a tomar por el culo. Y tampoco sabes adonde llegas.

Así, el cohete de mi abuelo llegó a Isla Violeta. Era el quinto planeta de un sol de clase M en la galaxia de Andrómeda. Allí nací yo, pero eso no es muy importante, y aunque me siento orgulloso de nacer allí, hubiese preferido nacer, por ejemplo, en Orión. Pero es lo que hay. Sólo los de Bilbao nacen donde les da la gana, y yo no soy de Bilbao.

A lo que vamos. En Isla Violeta encontramos un Sky-MediaMark en el que mis abuelos renovaron toda la infraestructura digital (en otro cuento entraré en los detalles) del cohete.

Vamos ahora a contar el pifóstio (para los que no conozcan la palabra asturiana una traducción simple es: un lío de la hostia) que teníamos en la nave cuando yo nací, y como fuimos resolviéndolo poco a poco.

En las paradas anteriores, en las distintas Islas de diversos colores, los abuelos habían incorporado más y más tripulantes que se habían entremezclado entre sí, generando descendencia y disfrutando de todos los intentos, fallidos o no.

Después de Isla Violeta llegamos a Isla Naranja. Y nos encontramos con, prácticamente, el Jardín del Edén. Unas playas maravillosas de arena blanca y aguas transparentes, un clima perfecto, y unos indígenas islanaranjitos encantadores.

Entonces, mis abuelos, a los que llamábamos los Fundadores, decidieron quedarse a vivir allí, porque era mucho mejor que Benidorm. Bueno, aún no había contado que yo era descendiente de los cuatro Fundadores: Alberto, Urania, Anita y Armando. O sea, humano-islazulino de pura cepa. Otros miembros de la tripulación eran humano-verdianos, humano-rojizos (también llamados homovermellones), verdazulinos, etcétera.

Les dejamos a los abuelos un suficiente suministro de tuercas Maelstrom y tornillos Trondheim para asegurar su vejez sin problemas y construimos nuevas lanzaderas y un cohete-estación aún más grande. Luego el abuelo Alberto, decidió delegar su mando, si se podía llamar así, en la segunda generación, y me nombró, de nuevo si se podía llamar así, capitán de la nave.

La verdad es que el nombramiento no tenía mucha importancia, porque en la nave mandábamos todos, o ninguno. Nadie tomaba decisiones sin acuerdo de los demás. Y normalmente todos estábamos de acuerdo. Al convivir juntos personas de distintos planetas y galaxias, nos habíamos acostumbrado a escuchar los distintos planteamientos y puntos de vista, a respetarlos, a discutirlos educadamente y a comprenderlos. Y luego decidir en consecuencia y llegar a un acuerdo. No teníamos la visión restringida, por ejemplo, de las Regiones Autónomas de Isla Azul.

Esta vez decidimos darle nombre a nuestro nuevo hogar para los siguientes años y le llamamos CASA (por la filial de EADS). Tampoco era muy original, pero no se nos ocurrió nada mejor.

Con las incorporaciones de algunos islanaranjitos a nuestra tripulación, nuestro nuevo CASA volvió a lanzarse al espacio profundo. En cuanto pusimos el motor iónico y entramos en warp-6, puse el piloto automático y me dispuse a intentar generar descendencia con mi compañera verdevermella.


JL Llorente

martes, 16 de abril de 2013

Cuentos multilingües 11: La vie d'un collier


La vieille dame portait un bâton élégant, mais elle marchant avec beaucoup d'efforts pour garder le dos droit, au moins pour le peu de temps qu'il faut pour aller dans l'entrée de la bijouterie au bureau privé du joaillier. Mais elle a réussi. Et quand elle est entré dans le bureau et le joaillier proposé-la de s'asseoir sur fauteuil bien rembourré, elle se sentait plus détendu et était capable d'étirer son dos, et sans ressentir le poids de son corps sur ses jambes

Pendant que elle croisé avec le joaillier les mots habituels de courtoisie et de salutation, elle était à la recherche dans son sac la raison pour laquelle elle était venue. Elle prit le sac de soie avec le collier et l'a mis sur la table. Le joaillier a cessé de parler à ce moment.

- Arthur, j'ai une faveur à vous demander. J'ai besoin d'argent à court terme pour mon petit-fils. Je suppose que vous souvenez-vous du collier que je vous ai demandé pour le mariage de ma fille. C'est ici. Mais je ne veux pas vendre-il, parce que je ne peux pas être sans lui pour toujours. Mais je ne peux pas demander quoi que ce soit sans obtenir de plus en gage.

Le joaillier a ouvert le sac en soie et en sortit le collier, et reconnu-il.

- Vous savez que ce collier vaut beaucoup d'argent. Vous ne pouvez pas me donner-il sans le signe d'un contrat. Et bien sûr, je vais le garder jusqu'à ce que vous reveniez.

- Je n'en attendais pas moins de vous, et merci beaucoup, mon ami.

Le joaillier quitté son bureau et allée pour préparer le contrat et apporter-la de l'argent. La vieille dame signé le contrat et a soigneusement mis de l'argent dans son sac. Ils se séparèrent avec un croisement de mains, et la vieille dame sortit appuyée sur son bâton élégant.

Le joaillier était assis dans son fauteuil. Puis il se rappeler quand il était plus jeune, et quand il avait fait ce collier, peut-être le meilleur qu'il avait fait dans sa vie, pour la seule femme qu'il avait aimé, mais toujours à la distance.

JL Llorente



lunes, 15 de abril de 2013

Cuento multilingüe 10: The last night with you


The last night with you was very pleasant. Actually, it was the nicest night in my life. The dinner had been very fun, and our conversation very cordial, even with a bit of intimacy.

But the next morning was also the saddest in my life. You were tough at the beginning, hard at midday, and clearly distant at evening. Our relationship died that day, and I died that day too, somehow.

However, like the phoenix, the soul can emerge from their ashes. And so, from my ashes, my wings, my soul, and even my second life emerged from the ground where I was been buried.

Flying over the clouds, seeing the soil in distance, and watching you at the horizon of my landscape, I felt my pain and also my happiness both together.

I will never reach you, because I will not ever go back to the land. The phoenix has to keep flying all time.

But, I will see you all days from the clouds.

And this is a real pleasure. And this is my heaven.

I will enjoy my flight as long as my wings will last.

JL Llorente


domingo, 14 de abril de 2013

Cuentos multilingües 9: Un tocón de árbol soñando mariposas


Había una vez un tocón de árbol en un bosque. El árbol lo habían talado un año antes, porque el tronco estaba podrido y las ramas se caían una tras otra. Hacía mucho tiempo que del árbol no salían hojas y mucho menos flores. Y los guardabosques decidieron sacrificarlo.

Pero el tocón seguía vivo. Alimentado por sus raíces. Y seguía imaginando nuevos brotes que darían lugar a nuevas ramas, a nuevas hojas, e incluso a nuevas flores.

Y el tocón incluso imaginó que sus futuras flores fuesen visitadas por mariposas de colores. Desde las grandes y amarillas de la mañana, o las pequeñas y azules de la tarde, hasta las tristes y pardas polillas nocturnas. Soñaba con sus mariposas y eso le daba fuerzas para seguir exigiendo a sus raíces que sacasen agua y minerales del suelo para sobrevivir y regenerarse.

En el mejor momento de sus sueños, siempre llenos de mariposas, se despertó con el ruido de la excavadora que venía a arrancarlo del suelo para siempre.

JL Llorente 

sábado, 13 de abril de 2013

Cuentos multilíngües 8: A simple kiss


Upon on a time there was a King which falled in love within a beautiful Queen. Unfortunately for both, their relationship broke and they became enemies. However, they kept their private contact using different spies and managing non-usual channels to send messages each other. Ministers and ambassadors did not have any notice of the messages between the King and the Queen.

The fight among the two counties was rising from day to day. And the letters from the King to the Queen was sadder each time. Finally, the Queen did not respond his last letter. And the King felt he had lost his last opportunity for reconciliation or even for a new approach to her.

Then, the King, as the King which he was, sent his soldiers against the country of the Queen. But Queen’s army fought better. And King’s army was defeated. Thousand of lives were finished, in both armies.

I believe that too many souls were massacred only for a question which would be resolved with a simple kiss.

JL Llorente

viernes, 12 de abril de 2013

Cuentos multilingües 7: A praia de Moaña


Maruxiña baixaba pola beira da ría, e eu mireina dende o fondo da praia.
Vin o seu cabelo avermellado, mais eu non vin os seus ollos verdes porque estaba moi lonxe.

Descalciña pola area, coa saia no xeonllo, era a moza mais fermosa de toda
Moaña Eu mirabaa todo-los días cando saía da escola e ela volvia de
mariscar.


Maruxiña era tan alta coma min, mais era tres anos maior, non me atrevía a
falar con ela. Para ela, eu era un neno.


Mais eu mirabaa todo-los días cando volvia pola praia.


Unha mañá ela miroume e me chamou dende a beira. Acerqueime e podía ver de
preto os seus ollos verdes. Mais ben verdes e azuis, como a cor da ría.
Mirar os seus ollos foi como tirarme a auga e comenzar a nadar.


Preguntoume que facía eu todo-los días na praia a esa hora. E eu lle dixen
que mirala. Que eu vin soio para mirala, para mirar as suas pernas, para
mirar o seu cabelo, ainda ata hoxe non tiña visto ben os seus ollos verdes.


Enton ela deume un bico e seguiu camiñando pola area.


E eu estaba ledo vendo a miña marisqueira camiñar pola beira da ría.


Despois deixei a Praia do Niño do Corvo e volvin a miña casa, preto do rio
do inferno.


E o corvo voou por riba de min.

(Nota : O rio do Inferno e a praia do Niño do Corvo están no concello de Moaña)

J Hermo - JL Llorente


jueves, 11 de abril de 2013

Cuentos multilingües 6: Después de vieyu, gaiteru

Pepín llera muy farrucu y algo fanfarrón. Com llera altu y guapu, prestabai a les muyeres, y sempre fabía alguna revoloteandu acerca. Más Pepín llera muy formal, y seriu. Falaba a les moces con dulzura y encantábales. Facíales algún requiebru de vez en cuando. A alguna llegó a volvela perlloca. Pero nunca llegó a muxo más, porque era un paisanu tranquilu y reposau, desos que ya no abunden.

Pepín, con el pasu del tiempo, fue faciendose vieyu. Les muyeres fueron dexando de revolotear entornu dél. Sintiose muy solu cuando la última moza abandonolu y mandolu a la mierda d'un día pa otru.


Ese día planteóse qué facer. Com era un paisanu tranquilu y reposau, tomóselo con calma, y buscó un chigre adonde tomar un par de botelles de sidra, que ayuden a pensar. Acabóles, eso sí acompañadas por unos bollinos preñaos, y dio un paseu per la playa, mentres seguía dándoi vueltes a la mollera.

Non contraba solución. Y la mollera dábai tantes vueltes que ya taba tou mareau. Tomose otres dos botellines de sidra para despexar, y despexose por fín. Ya más tranquilu, dío otru paseu per la playa y decidiose a llamar a una antigua moza que aún taba de buen ver.

Llamola, y la moza contestole. Falaron un ratu pol teléfono, y quedaron en otru chigre pa tomar unes botellines de sidra y unos percebes, que siempre puxan l'animu p'arriba, y tamben otres coses. 

Luego pasearon per la playa y al final baxaron a l’arena. Non voy-os a contar aquí que pasó después, porque ye lo mismo que pasaríaos a vosotros y podéis imaxinarlo: la arena, la lluna, les oles, la sidra, los percebinos, ...,  l'otru percebe, …

Pepín, el paisanu tranquilu y reposau, desos que ya no abunden, volvióse, después de vieyu, gaiteru.

JL Llorente

miércoles, 10 de abril de 2013

Cuentos multilingües 5: La vida te da sorpresas


Cuando Pedro paseaba por el barrio con su gabán y su sombrero ladeado, eran muchas las mujeres que le echaban un ojo, o los dos, porque era apuesto y elegante. Claro que eso era sólo cuando paseaba de día. Cuando paseaba por la noche, hombres y mujeres se escondían y le evitaban, porque por la noche era peligroso.

Pero como para todo hay excepciones, Clara no le evitaba por las noches, y se cruzaba con él todos los días a las diez, cuando salía de su trabajo. Y él la miraba, y ella le devolvía la mirada directamente a sus ojos.

Cogieron la costumbre de encontrarse, y con el tiempo de saludarse. Después, empezaron a cruzarse algunas palabras cuando se encontraban. Y, con el tiempo, sus encuentros a las diez de la noche derivaron en charlas que fueron cada vez más largas.

Clara no sentía miedo de Pedro, aunque otros vecinos del barrio le advirtieron que era un asesino peligroso. Pero las charlas eran cada vez más amenas e interesantes, y Clara y Pedro llegaban a estar media hora charlando en sus cruces, para horror de otros vecinos que les veían desde sus casas o mientras pasaban casi corriendo por la acera opuesta.

Un día la charla se extendió mucho más de lo normal y estuvieron hablando hasta casi las once. Pedro se ofreció a acompañar a Clara hasta su casa, ya que el barrio era peligroso a esas horas. Clara aceptó, pero cuando llegaron a su portal, Pedro, sacó la mano con su navaja de su gabán, mientras Clara sacaba su Smith & Weston de su bolso y disparaba.

Cuando Pedro cayó al suelo, Clara guardó la pistola en el bolso, entró en el portal, y tras cerrar la puerta, lloró. No por haberle matado, sino porque ya nunca podría charlar con él en sus encuentros a las diez de la noche.

(la banda sonora de este cuento está aquí http://www.youtube.com/watch?v=_QXJ3OXWaOY o aquí http://www.youtube.com/watch?v=hLIrS5dtTZI, según los gustos)

JL Llorente

lunes, 8 de abril de 2013

Cuento multilingüe 4: The seven deadly sins


The seven deadly sins are: wrath, greed, sloth, pride, lust, envy, and gluttony. The seven virtues are: patience, charity, diligence, humility, chastity, kindness, and temperance. My first reflexion is that the sins are described with shorter words than the virtues. And this is strange. It seems that we have to develop more complex words in order to give meaning to the virtues while it is easier to give words to the sins. But, anyway, I will not follow on this discussion because etymology is not my specialty.

It is supposed that virtues are the way to avoid the deadly sins. It is like a matter-antimatter annihilation. You have to develop your kindness, and then you will avoid the envy. You are tempered, and gluttony never will tempt you. So, you can construct your protecting dome, based in your virtues, in order to avoid the menaces of your sins.

But, in my opinion, this is not true. In fact, I believe that life works in the opposite way. I mean, that all we enjoy the sins and all we suffer the opposite virtues, in different ways. We, you, all us, like our sins and we hate our virtues. Our virtues are just the price we have to pay to be a reasonable person in the community where we are living.

From time to time, there is a flux of sin-antimatter which hurts your dome. During these stressing moments you have to reflect and doubt. And you must modify your dome. And then, the dome becomes warped. And sometimes there are holes in the dome.

When the holes appear you can find that you have to take decisions. You have to be able to manage your dome, manage the fight between you virtues and sins, seal the holes, if necessary, or keep them opened. And, more important, set the limits of your dome at any dimension. Very likely you can do it.

Anyway, when your dome it is restored you must interact which the other domes around you: the other people’s domes.

This is more complicated. You only can see the external form of their domes; but not the reasons for their warps or holes. You cannot know how sins or virtues have modelled their dome. And you can be very confused in this interaction.

Last year I interacted very closely with two different domes. One of them was relevant for its patience. The other was relevant for his kindness.

Unfortunately, one of them had a great hole in its dome and its anti-matter damaged strongly my dome. The matter-antimatter annihilation was strong enough to destroy the main part of my dome and also my sense of living.

So, I have a lot to rebuild.

JL Llorente

domingo, 7 de abril de 2013

Cuento multilingüe 3: Éloge de la cruauté


La cruauté a d’avoir de l’intension et de la précision. Elle a de faire le plus damage sur le point juste. Marquer la cible, sélectionner la force, et causer le damage attendu.

N’est pas facile d’exécuter la cruauté. Elle a d’être pensée avec la tranquillité et l’intelligence. Avec froideur émotionnelle, et absence d’affection. Mais aussi avec le calcul adéquat pour préciser le point pour l’impacte plus effectif.

Et le temps. Le temps, la séquence, la fréquence des impacts ; touts ils sont très importants pour atteindre les objectives. Le plus part de fois, la stratégie plus effective est une combinaison de coups et de baisers. Joies et peines; bien gérées sur le temps. Cette stratégie est le plus destructive.

Quand vous dominez la technique, vous pouvez massacrer votre ennemi. A fois vous regardez comme un ami ; la suivant fois, comme an ennemi. La douceur et la sécheresse, la chaleur et le froid. La joie et la peine. Quand vous avec la domination de la technique, la combinaison est explosive sur le cœur de votre objectif.

Le développement des techniques de la cruauté ne sont pas faciles. Ils exigent de temps et de effort, et aussi de dédicace. Seulement le plus intelligents sont capables pour développer-les avec précision. Et seulement les plus froids son capables de son exécution avec succès.

Malheureusement, j'ai été la cible d'un des maîtres de cette technique.

Mais, je ne peux pas m'empêcher d’admirer mon ennemi pour son précision.

JL Llorente

sábado, 6 de abril de 2013

Cuento multilingüe 2: Without memories


I felt the attack almost at noon, when I was going up the stairs at my office. This time it was a hard attack, or a quicker one, but with the normal sequence: a tingle in my arms, a pain in my feet, visual difficulties and lack of balance. As usual, I took a deeply breath, stopped going up and put my hand over the railing. I became then physically stable and I breathed two more times until continuing my step up.

When I reach the upper flat, I went directly to the lift and take it to the lower floor and the main entrance. Once out, I lighted a cigarette and breathed the smoke deeply and started to walk around. Suddenly, I felt that the attack was much harder than usual. At this moment, I felt that I didn't recognize where I was.

I continued walking over the sidewalk trying to remember what was happening. It is clear that I was suffering another episode of lack of short time memory. This wasn't unusual. These episodes were part of my live since several years ago. But this time, it was being stronger. At that moment, I didn’t remember my name, where I was, or which building I was leaving off.

A man crossed with me, stopped, and started to talk to me:

- How are you doing? There is a lot of time that I didn't see you.

I smiled and, very carefully, responded:

- Well, as usual, you know. And how are you?

- Good enough and very busy, as usual too. I have tried to call you several times, but I haven’t got time. Are you going to have a coffee?

- Yes, for sure. Do you like to have one?

- Of course, but I don't have too much time. I have a meeting in twenty minutes.

- Twenty minutes is enough for a coffee.

I smiled again, while I was trying to remember the name of this man. I supposed that he was a friend of mine, but I cannot reach a name for him.

He continued speaking while we were walking; talking about the projects and the problems in which he was involved. So, we went to the coffee shop, had the coffee and went back to the building. All the time I was very polite, smiling frequently and using small expressions as “Really?” “What a pity!” “I can believe it” “It is always the same”.

When we came back to the office building I gave him a little excuse and keep me outdoors for smoking. Then I turned back to the sidewalk and started to walk away from the building.

The attack was ongoing and the pain in my right foot was increasing. I felt that I was limping a lot. I kept my pace as steady as possible and at the same time I was trying to remember the name of my colleague, or perhaps my friend. I was sure that he had been a person very close of mine, but at that moment I didn't have any idea about our relationship; neither about him. Well, in fact, I didn't have any idea about me at that moment.

When I started to cross the street in the next square, I heard a scream and turned back. I saw my friend running towards me and screaming. Then I recognised him for a second, until the car passed over me.

The last I heard was his cry. But at this moment I was smiling again while I was remembering the good times we had enjoyed together long time ago. 

JL Llorente

jueves, 4 de abril de 2013

Cuento multilingüe 1: Avui no toca

(Abrimos una nueva sección de cuentos en cualquier idioma, y con los contra-cuentos en el mismo o en otro idioma)


"Avui no toca". Aquesta és una expresió que ha encunyat Jordi Pujol com President de la Generalitat de Catalunya en les rodes de prensa. "Avui no toca", i no contestava a altres temes en qüestió. "Avui no toca", i no parlarem mas de aquest tema. I prou.

La expresió se extiende mol més, i és cada vegada més freqüent entre els nostres polítics. Y això es normal: perqué cada vegada ells tenen més coses de les que defensar-se i menys coses de les que ells vulguin parlar.

El problema és que també la expresió se estèn a tota la resta de la societat. I ja t'ho diuen els amics quan parles d'un tema incòmode. Els teus caps quan els planteges un problema. O teus fills quan els planteges un dubte sobre el seu comportament.

"Avui no toca". ¿I quan tocarà? Demà? O quan ja no toqui?

Ahir m'ha dit un amic amb qui tenia un problema: "Avui no toca". I em vaig adonar que mai podria tornar a parlar amb ell més.

JL Llorente

miércoles, 3 de abril de 2013

Cuento 30 y último: Ayer fue un mal día y hoy llueve más


Ayer empecé a llorar a las ocho de la tarde, y seguí hasta casi las cuatro de la mañana cuando, finalmente, me dormí vencido por el cansancio.

No lloraba por ti, ni siquiera por mí, que no merezco ese esfuerzo. Lloraba por todo el entorno, triste y desagradable, que nos rodea. Por la falta de esperanzas. Por la ausencia de fe en un futuro.

Lloraba por todos y por ninguno. Por los amores perdidos, las amistades deshechas, las ilusiones disipadas, las alegrías irrecuperables, las canciones olvidadas y, también, por las sensaciones que nunca llegaría a percibir.

Y al llorar sufría. Y sufría por llorar y no poder evitarlo. Y sufría por saber llorar y querer hacerlo. Sufría por estar en mi estado y también por no querer cambiarlo. Sufría por ser como soy, y por ser quien soy.

Y me dolía. Me dolía en el cuerpo y en mi mente. En el riñón, en el corazón, en mi cabeza y en el hígado. En mis pulmones, que me hacían toser como protesta, y también en mi espalda dolorida.

Cuando desperté estaba lloviendo, y lloviendo fuerte. Caía mucha agua. Mucha más de la que pueden generar mis ojos, no importa lo triste que me pueda llegar a sentir. Las lágrimas, por grandes que sean nunca llegan al tamaño de una vulgar gota de agua. Pero una gota de lluvia siempre fue, es y será vulgar, y una lágrima casi nunca lo es.

Cuando recordé el llanto, el sufrimiento y el dolor que había sentido, grité. Grité con fuerza y con ganas, pero sólo durante un momento, ya que sabía que mi grito no sería nunca escuchado, y mucho menos atendido; luego no merecía la pena el esfuerzo.

Pero la pena sí merecía volver a llorar. A llorar por ti, por mí, por todos y por ninguno, y sobre todo por el pasado. Me dormí de nuevo mientras lloraba.

Y ya me dormí para siempre. Y tuve un sueño feliz sobre un futuro imaginario en el que no llovía nunca y siempre lucía el sol y no había motivos para llorar. 

Pero sólo era un sueño.

JL Llorente

(Aquí acaba la serie de cuentos y probablemente la historia de este blog. Agradezco mucho a los que habéis mandado contra-cuentos, que han sido todos publicados como comentarios)


lunes, 1 de abril de 2013

Cuento 29: Se hace más daño cuando se hace desde más cerca


Cuando tenía ocho años y vivía en mi barrio obrero con las calles sin asfaltar, formamos una pandilla de cinco amigos. El mayor Valeriano “Vale” tenía diez, y era el jefe. Luego iba yo. Luis tenía también ocho, como Mariano, y Manolo, el hermano pequeño de Mariano, tenía seis.

Entonces jugábamos al balón, que no al futbol. Teníamos una pelota y un portón cerrado de un taller que usábamos como portería. El menos hábil, que siempre era Manolo, terminaba de portero. De vez en cuando las vecinas del taller nos echaban la bronca por el ruido de los balonazos contra el portón, pero no les hacíamos caso.

También saltábamos a las casas abandonadas que había en el barrio. Una vez me clavé una barra de hormigón armado y me tuvieron que poner la vacuna del tétanos. Otras veces trepábamos sobre viejos techos de Uralita que estaban a punto de romperse. Éramos niños felices y explorábamos el pequeño mundo que estaba a nuestro alcance.

Un día cualquiera, por algún motivo que no recuerdo, Vale se enfadó con Manolo, y Mariano le defendió. Luis apoyó a Vale. Y Vale ya iba a pegar a Manolo, cuando, sin saber porqué, me interpuse. Y les dije a Manolo y a Mariano que corriesen. Luego salí corriendo también detrás de ellos.

Vale y Luis nos empezaron a tirar piedras, pero nos escondimos detrás de una esquina. Los dos hermanos también tiraban piedras, pero no tenían fuerza para llegar hasta donde estaban Vale y Luis.

Vale y Luis empezaron a acercarse y entonces yo cogí una piedra grande del suelo, de casi cuatro centímetros. Salí de la esquina y la lancé con toda mi fuerza, y acerté en la frente de Vale.

Vale se echó a llorar y salió corriendo con Luis. Manolo y Mariano me felicitaron, pero yo me sentía muy triste.

Nunca más se volvió a juntar la pandilla, y poco después dejamos de vernos. Ya de adolescentes supe que Vale se metió en temas de droga y más tarde acabó en la cárcel. De Luis, Manolo y Mariano tampoco supe más porque cambiaron de barrio.

Pero lo peor, fue descubrir que yo podía emplear la violencia. Y descubrirlo tan joven, siendo un niño fue muy doloroso. Esa violencia, que aunque sea justificada, no deja de ser violencia, y crea daño a otros, luego no puede ser justa.

Hasta ahora yo no he vuelto a ejercer ningún acto violento, creo, contra otra persona. Y si hago alguno, espero que sea solo contra mí mismo.

(Basado en hechos reales, pero no importa cuando o dónde)

JL Llorente