miércoles, 3 de abril de 2013

Cuento 30 y último: Ayer fue un mal día y hoy llueve más


Ayer empecé a llorar a las ocho de la tarde, y seguí hasta casi las cuatro de la mañana cuando, finalmente, me dormí vencido por el cansancio.

No lloraba por ti, ni siquiera por mí, que no merezco ese esfuerzo. Lloraba por todo el entorno, triste y desagradable, que nos rodea. Por la falta de esperanzas. Por la ausencia de fe en un futuro.

Lloraba por todos y por ninguno. Por los amores perdidos, las amistades deshechas, las ilusiones disipadas, las alegrías irrecuperables, las canciones olvidadas y, también, por las sensaciones que nunca llegaría a percibir.

Y al llorar sufría. Y sufría por llorar y no poder evitarlo. Y sufría por saber llorar y querer hacerlo. Sufría por estar en mi estado y también por no querer cambiarlo. Sufría por ser como soy, y por ser quien soy.

Y me dolía. Me dolía en el cuerpo y en mi mente. En el riñón, en el corazón, en mi cabeza y en el hígado. En mis pulmones, que me hacían toser como protesta, y también en mi espalda dolorida.

Cuando desperté estaba lloviendo, y lloviendo fuerte. Caía mucha agua. Mucha más de la que pueden generar mis ojos, no importa lo triste que me pueda llegar a sentir. Las lágrimas, por grandes que sean nunca llegan al tamaño de una vulgar gota de agua. Pero una gota de lluvia siempre fue, es y será vulgar, y una lágrima casi nunca lo es.

Cuando recordé el llanto, el sufrimiento y el dolor que había sentido, grité. Grité con fuerza y con ganas, pero sólo durante un momento, ya que sabía que mi grito no sería nunca escuchado, y mucho menos atendido; luego no merecía la pena el esfuerzo.

Pero la pena sí merecía volver a llorar. A llorar por ti, por mí, por todos y por ninguno, y sobre todo por el pasado. Me dormí de nuevo mientras lloraba.

Y ya me dormí para siempre. Y tuve un sueño feliz sobre un futuro imaginario en el que no llovía nunca y siempre lucía el sol y no había motivos para llorar. 

Pero sólo era un sueño.

JL Llorente

(Aquí acaba la serie de cuentos y probablemente la historia de este blog. Agradezco mucho a los que habéis mandado contra-cuentos, que han sido todos publicados como comentarios)


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