sábado, 9 de marzo de 2013

Cuento 12: El último abrazo

Quería verla de nuevo. Hacía mucho tiempo que no pensaba en ella, pese había estado cortejándola durante media vida.

Siempre me había sorprendido de mi propia inconstancia, que incluso se extiende a las cosas que más me importan.

Tantas veces buscándola. Tantas veces intentando acercarme a ella. Tantas veces rechazado. Y luego la olvidé por un tiempo, un tiempo demasiado largo.

De pronto, un día la recordé de golpe y la llamé. Al principio parecía remisa, pero insistí tanto que logré convencerla, finalmente, para que nos viésemos y recordásemos nuestra relación.

Después de muchos esfuerzos, aceptó y quedamos para la semana siguiente. Preparé la cita con todo detalle, pero durante esa semana el tiempo se ralentizó de pronto. Nunca llegaba el momento de volver a verla y mis uñas sufrieron la intensidad de mi estrés.

Cuando finalmente nos vimos, al principio aún parecía lejana, distante, pero conseguí ir acercándome a ella poco a poco, e ir haciendo crecer nuestra intimidad.

Ya llevábamos mucho tiempo hablando y mi confianza estaba muy alta, así que decidí dar un paso más.

La miré directamente a los ojos, lo cual siempre era difícil para mí, y le pedí un beso. Se puso muy seria y me dijo que eso no estaba a mi alcance, con toda sequedad. Entonces le pedí un simple abrazo.

Su cara se relajó y sus labios esbozaron una leve sonrisa.

- Eso siempre es posible, si tú lo aceptas.

Me levanté y ella también. Y nos abrazamos los dos muy fuerte. Lo había conseguido por fin.

Y me sentí muy feliz al sentir su abrazo. El largamente deseado abrazo de la Muerte.

JL Llorente

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