viernes, 22 de marzo de 2013

Cuento 24: Hoy no toca soul

Me hubiese gustado más despedirme de ti con un poco de alegre jazz; e incluso con un festivo dixieland; quizás un poco de soul, más interactivo, hubiese sido el mejor modo. Pero tengo que hacerlo con un blues, melancólico y triste. O mejor aún, con dos.

Con dos, porque me tengo que despedir dos veces. Una primera de tu presencia, que día a día se va difuminando, al tiempo que perdemos nuestra comunicación. Sólo por ese motivo emplear el soul sería absurdo, ya que no me vas a contestar nunca más.

Desde que perdimos el enlace de comunicaciones entre nuestras burbujas de Alcubierre, me he sentido cada vez más sólo, más aislado, y también más triste. Además empecé a temer, y luego comprobé, que nuestras trayectorias divergían, en vez de converger hacia Orión. Los cálculos estaban mal hechos, o bien tú has hecho algún cambio en tu rumbo. Pero tu nave ya no va hacia Orión. La mía aún sigue más o menos el rumbo, pero no sé si seré capaz de mantenerlo por mucho tiempo.

Si sigues tu rumbo actual mucho tiempo ya será imposible que nos volvamos a encontrar. Y como ya no creo que sea posible, este sería my primer blues de despedida “Jelly, Jelly”.

Por otra parte, tu ausencia y mi soledad han empeorado mi estado físico, mental y emocional. Con lo cual no viene al caso usar el jazz o el dixieland. Creo que ya no voy a ser capaz de llegar a Orión, aunque sólo quedan menos de tres meses de viaje. Luego tengo que hacer una segunda despedida. En este caso he escogido “Meet me in the morning” de Sidnead O’Connor.

Pero será en otra mañana que está aún por saber si llegará.

JL Llorente

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