martes, 14 de mayo de 2013

Midiendo besos


He besado a algunas chicas a las que nunca quise, y nunca pude besar a otras a las que, en ese momento, quería con pasión. No merece la pena hacer esas dos listas por separado, porque, además, figurarían nombres repetidos en ambas. Con lo cual, para que todo tenga sentido, sería necesario incluir las fechas de cada beso o no-beso.

Pero si incluimos las fechas, las listas se convierten en cronogramas. Y los cronogramas son fríos, pero eso sí, son también muy explícitos. Y presentan los hechos con rigor, aunque no sean capaces de representar las pasiones.

Pensándolo un poco más, he llegado a la conclusión de que quizás no fuese tan mala idea hacer un cronograma de besos, pero combinándolo con el correspondiente de no-besos. Y si además incluimos distintas ponderaciones, desde el beso muy deseado y conseguido hasta el siempre anhelado y nunca obtenido, pasando por el insustancial, el de trámite o el del calentón, probablemente el cronograma reflejará de algún modo tu historia emocional.

Así que me he puesto a hacer este ejercicio, y naturalmente, tomando como muestra mi propia vida, he creado una hoja de cálculo. Voy a contaros la metodología que he seguido, más que nada porque si detectais algún error, ya que mi intención es que la hoja de cálculo sea reutilizable por todos vosotros.

Lo primero que he hecho es crear una primera hoja con una columna en la que ido incluyendo a todas las chicas que besé o quise besar, y asignándoles un número secuencial, según voy escarbando entre mis recuerdos, y sin tener en cuenta si las había conocido antes o después. O si las quería besar en un momento o en otro, que de todo ha habido.

Después ha creado una segunda hoja donde relaciono el código secuencial de cada chica con fechas, concretas o aproximadas (mi memoria ya no es tan buena). Naturalmente los códigos se repiten ocasionalmente, y algunas veces intensamente, pero ordeno la tabla por fechas cada vez que hago una nueva entrada.

En esta segunda hoja he añadido una tercera columna que titulo E-F: éxito o fracaso. Esta columna puede tomar los valores desde 1, ese beso ilusionante que no olvidarás en la vida, hasta el 5, ese rechazo total que te sume en la miseria. Esta columna la lleno manualmente según mi experiencia o lo que recuerdo de esa experiencia.

Finalmente, he completado la parte más mecánica. La matriz de poderación E-F que da los pesos para cada resultado de la segunda hoja, las macros de cálculo, y los gráficos de salida de los cronogramas emocionales, que son varios.

Sigo completando datos según mis recuerdos afloran, pero los resultados siguen siendo pésimos. No sé si tengo que corregir la matriz de ponderación, o simplemente, he sido más infeliz de lo que pensaba durante toda mi vida.

La verdad es que, en el fondo, preferiría la segunda opción, porque engañarse a uno mismo es uno de los mejores métodos para ser feliz.

Por eso odio tanto las hojas de cálculo.

JL Llorente

No hay comentarios:

Publicar un comentario