No tiene ninguna importancia lo que yo opine de ti, ni lo
que tú opines de mí. Lo único que tiene importancia es como nos comportamos
cada uno con el otro. Sí; me dirás que el comportamiento está relacionado con
la opinión, que lleva a la consideración, y por tanto dirige el comportamiento.
Y yo te contestaré que no, de nuevo. Porque la opinión no está relacionada más
que con el análisis, y no con los sentimientos. Y lo mismo que puedes adorar a
una persona objetivamente despreciable, puedes no reconocer como se merece a una
persona admirable. Pasa todos los días y nos pasa a todos.
El punto de inflexión está en el comportamiento. En la
segunda derivada. Esa que puede ser positiva o negativa. Y cuando es negativa,
ya sabes que la curva caerá. Quizás la pendiente aún es ascendente, pero cada
vez menos. Sabes que antes o después la pendiente será negativa o nula. Y el
punto de inflexión lo determina el comportamiento.
Ahora que ya es negativa la pendiente, sólo un nuevo punto de inflexión puede cambiar la tendencia.
Quizás un cambio de opinión pudiera crearlo, pero yo lo dudo mucho. Vuelvo a
decirte que es un tema de sentimientos. Y los sentimientos se expresan con
gestos.
Quizás un beso sería suficiente.
JL Llorente
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